Asesinan a ciudadano en marcha de protesta

El pasado 15 de octubre, durante una protesta contra el presidente José Jerí y el Congreso de la República, fue asesinado el joven ciudadano Eduardo Ruiz, en un hecho que ha conmocionado a todo el país. Las manifestaciones, integradas mayoritariamente por jóvenes de la Generación Z, exigían la renuncia del mandatario y el cierre del Parlamento, a quienes acusan de gobernar sin legitimidad ni rumbo claro.

En medio de la represión policial, Ruiz fue abatido por un disparo. Hoy, el comandante general de la Policía Nacional del Perú (PNP), Óscar Arriola, confirmó que el responsable del disparo fue el suboficial Luis Magallanes, integrante de las fuerzas policiales.

La confirmación oficial disipa dudas: el proyectil que terminó con la vida del joven provino de un arma reglamentaria de la PNP. Arriola, en declaraciones a medios nacionales, sostuvo que Luis Magallanes será separado del cuerpo policial, como primera medida administrativa mientras se inician las investigaciones penales correspondientes.

¿Qué acciones tomará el Ministerio Público?

Ante la gravedad de los hechos, se espera que el Ministerio Público inicie de inmediato una investigación por homicidio calificado y abuso de autoridad, en el marco de un posible uso desproporcionado de la fuerza durante manifestaciones ciudadanas. De acuerdo con fuentes jurídicas, el suboficial Magallanes podría afrontar una solicitud de prisión preventiva, mientras se recopilan pruebas como videos, testimonios y peritajes balísticos.

Asimismo, se abre una posible línea de investigación hacia la cadena de mando, incluyendo al jefe del operativo y otros oficiales que estuvieron al tanto del uso de armamento letal en una protesta civil. Organismos de derechos humanos han solicitado que se aplique el principio de responsabilidad del mando, en línea con estándares internacionales sobre represión estatal.

Generación Z: Una juventud que no calla

El caso de Eduardo Ruiz se suma a una creciente lista de víctimas en contextos de protesta, donde la juventud peruana, especialmente la Generación Z, ha tomado un rol protagónico en las calles, alzando la voz frente a decisiones impopulares y desconexión política. Lo ocurrido en Lima este 15 de octubre podría marcar un nuevo punto de inflexión en la relación entre el Estado y la ciudadanía.

Este asesinato no solo revela fallas en los protocolos de actuación policial, sino también una alarmante respuesta del Estado frente al descontento social, que exige ser abordada con justicia, transparencia y responsabilidad.